martes, 28 de septiembre de 2010

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO

Volvemos al tema del origen del universo. De si el universo tuvo un creador o siempre existió, o surgió por generación espontánea. Ahora está de moda expulsar a Dios del universo y prostituir a la ciencia física para que, actuando cual bálsamo de fierabrás, de soporte a ideas descabelladas.

Pero para centrar conceptos, vamos a acercarnos a una pregunta básica: ¿Es posible la auto-creación del universo?. Vamos intentar responder al clásico ¿De dónde venimos?. Para ello debemos acercarnos a los límites de la ciencia.



Tres conceptos básicos: El Espacio, el tiempo y el vacío

En efecto, los que sostienen el nacimiento espontáneo del universo usan ideas que recuerdan al espacio y tiempo absolutos de Newton. Modernas teorías dicen que la materia primitiva del universo habría surgido a partir de estructuras espacio-temporales (o sea estructuras geométricas), y que estas estructuras pudieron aparecer a partir de fluctuaciones del vacío cuántico.

Convenimos pues en atribuir una cierta realidad a las estructuras espacio-temporales. Esto estaría avalado por la relatividad general de Einstein, que predica una cierta geometrización de la Física. Pero las realidades físicas no se pueden reducir a matemáticas, que es sólo un instrumento.

Einstein sustituyó las fuerzas por la curvatura del espacio-tiempo; se trata de una estrategia matemática poderosa y legítima, pero que nada tiene que ver con la reducción de la Física a la Geometría ni con la existencia de espacio-tiempo sin materia.




Por otra parte, el vacío que estudia la Física no tiene relación alguna con la nada. Designa el estado en que se encuentra una zona del espacio después de extraer de ella la materia en estado sólido, líquido o gaseoso, y las radiaciones. Si bien el progreso técnico permite obtener vacíos cada vez más perfectos, lo que se logra no es la nada en sentido absoluto. ¿Cómo podría lograrse? La nada no existe. Esto es obvio. Es un falso-concepto que, además, no tiene lugar en la Física, ya que no puede relacionarse de ninguna manera con experimentos. En efecto, existen distintos tipos de vacío, según las teorías y métodos empleados; se habla, por ejemplo, del vacío clásico y del vacío cuántico. Atribuir realidad al concepto de nada sólo se ha visto en el libro “La historia interminable”.




Un proyecto de teoría: La gravedad cuántica

El presunto nacimiento espontáneo del universo se explicaría mediante una teoría aún inexistente: la gravedad cuántica. Se trata de una de las teorías más difíciles de la Física actual. Intenta hacer compatible la relatividad general de Einstein, que es una teoría de la gravedad, con la Física cuántica. Muchos físcos de renombre han intentado hacer progresos en ella, pero sin éxito. Existen propuestas interesantes que permiten ver por dónde pueden dirigirse las investigaciones, pero poco más. Propiamente no ha alcanzado todavía una formulación rigurosa. O sea, la teoría propiamente dicha, no existe.

En cualquier caso, aunque la gravedad cuántica llegue a formularse de modo satisfactorio, se tratará de una teoría física que, como sucede con cualquier otra teoría de la ciencia experimental, sólo se referirá a las transformaciones de algo en algo (esto es un concepto fundamental en ciencias experimentales). La creación a partir de la nada seguirá siendo un problema metafísico, es decir, mas allá de la física.




Conclusión: Impotencia de la Física para explicar la creación

En definitiva, la presunta explicación científica de la creación del universo se basa en dos extrapolaciones ilegítimas.

En primer lugar, se pretende extraer de la Física algo que esta ciencia, por su propio método, es incapaz de suministrar, puesto que sus resultados sólo pueden tener relevancia empírica si existe algún procedimiento para relacionarlas con experimentos reales o posibles, y esto no es posible cuando se consideramos el problema del origen absoluto del universo a partir de la nada.

En segundo lugar, el método seguido para obtener esas imposibles conclusiones consiste en atribuir a las teorías físicas sobre el espacio, el tiempo, la materia, la energía y el vacío un sentido metafísico que no poseen, ya que tales ideas han de ser definidas en Física apoyándose en teorías matemáticas y hechos experimentales, por lo cual necesariamente se refieren a entidades o propiedades o procesos físicos, y de ningún modo pueden aplicarse a un evento como la creación a partir de la nada que, por su propia naturaleza, no es un proceso que relaciona un estado físico con otro estado también físico. Es decir, de la físca se puede pasar a la física a través de leyes físcas, pero no salirse de sus límites, que definen a ésta ciencia experimental.



No puede sorprender que tales extrapolaciones ilegítimas conduzcan a dificultades y a tecnicismos aparentemente profundos, que permitan disimular las contradicciones conceptuales.


FUENTES:
Scripta Theologica
Grupo Ciencia, Fe y Razón
Wikipedia

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DE PRIMERO: ATEOS

Durante mi estancia en las islas afortunadas, he tenido tiempo de leer algún libro, y uno de ellos lo traigo aquí. “El camino del ateo” de Eric Maisel. Está escrito por un ateo “profesional”. 

Pienso que hay que conocer al oponente, para derrotarlo con eficacia. Tras la lectura de éste libro, la tarea es mas fácil de lo que pensaba.

El autor afirma que: “Es ateo desde siempre”. Siguiendo una especie de “fe del carbonero atea”, nos dice que:

“El camino del ateo empieza con la idea de que la evolución explica lo que es usted”

Estamos pues ante la sustitución de una Fe por otra. La teoría de la evolución es eso: una teoría que no está demostrada al cien por cien en absoluto.



Así pues, según el autor, la columna vertebral de su creencia atea sería una Fe ciega en el darwinismo. Por otra parte, el señor Eric se dice seguidor de las tradiciones: laica, humanista, científica, librepensadora, escéptica, racionalista y existencial. Yo soy católico y también, científico, humanista y racionalista en las cosas que están al alcance de la razón. 

Veremos cómo estos caballeretes se apropian como cacos de los conceptos de pensamiento racional y científico, como si los creyentes estuviéramos incapacitados para ejercerlo.

Pero este pequeño filósofo tampoco se priva de insultar a los que creemos en Dios. Así se puede leer:

“Durante toda mi vida he sentido que todo lo relacionado con Dios es una práctica humana horrible.”

“Si usted actualmente cree podría dejar atrás muchos disparates. Si su cerebro recurre a la religión, debe ignorar las monstruosas contradicciones, tragarse sus dudas y sonreír ante afirmaciones ridículas.”


Es notable como veremos más tarde, que la mayoría de los que se dicen ateos además de insultones tienen una admiración casi insana por la ciencia. Pero, paradójicamente casi ninguno tiene ninguna titulación científica, ni siquiera conocimientos sólidos de ciencia a nivel de divulgación. Hablan de lo que no saben.

Tras encomendarse a la santa doctrina de la evolución, el señor Eric, nos descubre el plato fuerte de la teología atea: El problema existencial. Traducido al castellano, suscribir a conciencia el ateísmo con todas sus consecuencias, supone un impacto psicológico que conduce a la depresión:



Las consecuencias morales del ateísmo, son su refutación más elocuente. 

Sin Dios no hay vida futura, no hay legislador supremo, no hay nada que pueda dominar en la conciencia del hombre; la moral es una ilusión; la virtud una bella mentira; el vicio un amable proscrito a quien conviene rehabilitar.

En tal caso, las relaciones entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos, entre amigos, son simples hechos naturales que no tienen ningún valor en el orden moral. La obligación es una palabra sin sentido, cuando no hay quien pueda obligar: y faltando Dios, no hay nada superior al hombre

Así desaparecen todos los deberes, se rompen todos los vínculos domésticos y sociales; solo debemos atender a los impulsos de la naturaleza sensible, huyendo del dolor y buscando los placeres.



Y éste monaguillo del ateísmo propone la solución: (redoble de tambores)

“Estamos a las puertas de comprender una brillante idea: que cada vida puede tener sentido. Soy yo quien decide lo que me hará sentir honrado y feliz. Anunciándose a sí mismo sus intenciones, se encamina en una dirección brillante: la dirección de su propia creación.”

Tachán. Acabáramos. Bien pudiera ser esta “brillante idea” el dogma de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. Y sólo hago una pregunta, si soy yo quien decide lo que está bien y lo que me hace feliz, que pasa si yo soy Jack el destripador?, o Hitler?.

EL libro no da para mucho mas. Es una sucesión de ideas filosóficas de bombero torero. Viene bien leerlo para conocer la tristeza de una vida que se refleja en la mirada del autor.



Como casuística de antiguos creyentes convertidos al ateísmo, el autor hace unas semblanzas de personas, que casi se autocomentan por su tristeza y patetismo:


Marcia:

“Lo que sigue siendo duro es la falta de comunidad y el no disponer de una iglesia hay un hueco en mi vida en ese punto, y ningún grupo de amigos con intereses compartidos llena ese hueco.”

Y yo añado: ese hueco no lo rellenarás nunca.


Robert:

“Siempre me he considerado un pensador y un defensor de la ciencia. Mi visión mundial del cristianismo se desmoronó lentamente, la gota que colmó el vaso fue el autodidactismo en la ciencia.”

Otro “científico” de todo a cien. ¿visión mundial?, ¿autodidactismo?. Perplejo estoy.


Barbara:

“Tenía doce años cuando dejé de creer. En mi caso, lo que precipitó el cambio fue leer un libro sobre ovnis y discutir sobre moléculas que se autorreplicaban. Siempre había estado muy interesada en asuntos científicos.”

Sí señora. Los ovnis. Una razón muy poderosa. Y las moléculas, claro. Y se te olvida el rayo de la muerte.


Alan:

“Me convertí al budismo al final de mi adolescencia. Por aquel entonces ya bebía mucho. Mi familia estaba plagada de alcohólicos. Nuestro maestro budista tenía fama de manosear a las mujeres.”

(Sin comentarios)


Janet:

“Mi madre creía en un Dios, pero no veía razón alguna para ir a la iglesia. Creía que podía rezar o rendir culto en su propio hogar y a su propia manera. Estaba abierta al concepto de telepatía o de una forma que tenían los muertos de quedarse en el mundo. Saber sobre la evolución hizo que las cosas cambiaran. Haber leído a dawkins hizo que todo encajara.”

Ya salió el sumo sacerdote Dawkins. Janet, te falta Drácula y el hombre lobo para tener a los tres tenores de la imaginería atea


Laura:

“Es difícil dejar de creer cuando allá donde miramos esté lleno de historias sobrenaturales. Escepticismo, pensamiento crítico, la ciencia y ahora pertenezco a un grupo humanista secular local, asisto a sus reuniones y actualizo su web.”

O sea, Laura, que tu corazón te dice a voces lo equivocada que estás y tú, sustituyes a una iglesia por otra. Penoso. Y dale que te pego con la ciencia.



Quiero finalizar con las palabras de nuestro Señor Jesucristo Salvador y Redentor del Mundo:


“Yo soy el Camino, la Resurrección y la Vida.”
“Yo soy la luz del mundo, el que a mí viene no andará más en tinieblas”
“Pedid y se os dará;
llamad y se os abrirá;
buscad y hallaréis;
porque quien pide, recibe;
quien busca, halla;
y a quien llama se le abrirá.”



Y yo que sólo soy un pobre pecador os aseguro, que busqué y hallé, llamé y me recibieron, pedí y se me dio con creces y a cambio de nada.




miércoles, 8 de septiembre de 2010

UNA DE ATEOS...MARCHANDO




Parece que el señor Stephen Hawking ha decretado desde su trono motorizado que Dios no existe a mayor gloria de las ventas de su nuevo libro “The Grand Design”. 

Hawking renuncia así a sus opiniones anteriores expresadas en su obra ´Una Breve Historia del Tiempo´, en la que sugería que no había incompatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo.

Extraño sucesor en la cátedra Lucasiana de Matemáticas de, nada menos, que Isaac Newton, el fundador de la física clásica, insigne matemático y estudioso de la Biblia. Stephen Hawking no siempre estuvo en contra de Dios, y en su momento, hace muchos años, hasta fue recibido por el Papa.

Me parece chocante que este buen hombre que contribuyó en gran medida a la teoría del “Big-Bang” y al que no se le conoce una publicación científica de calidad en los últimos 30 años diga ahora esto.

Porque, para los que no entiendan mucho de ésta materia, les voy a contar una cosita:

La teoría del Big-Bang una vez leída y comprendida, y vistas las pruebas experimentales a su favor, que son abrumadoras, encierra una gran verdad en ella…y es que hubo una creación. Hubo un principio. El Big-Bang no fue una explosión dentro del espacio y el tiempo. El Bing-Bang creó el espacio y el tiempo. Y esto Hawking lo sabe. Y si hubo una creación del espacio, el tiempo y la luz (sí, sí hubo un momento en que “se hizo la luz” cuando los átomos devinieron a vibrar en la región óptica, que cosas, oye). Y sí hubo una creación “de la nada”, esto suena mucho a Dios Todopoderoso, y claro, esto no puede ser para estos ateos.

He aquí algunas opiniones de científicos sobre el tema:

El premio nobel Christian de Duve afirma que la teoría de que el mundo es eterno, inventada por Fred Hoyl, demostró ser falsa y tuvo razón su maestro Lemaitre al descubrir la teoría del "Big Bang", la explosión que dio origen al universo.

El profesor belga Michel Ghins cree que la teoría de "los universos múltiples" fue ideada para escapar a la hipótesis de que Dios creó nuestro mundo.
Para el profesor italiano Evandro Agazzi, el azar no explica la existencia del mundo. Los que creen explicarlo todo a partir de alguna ciencia positiva caen en una "actitud reduccionista anticientífica".

El profesor de Boston Thomas Glick cree que estos fundamentalistas del materialismo se fabrican una especie de religión o metafísica, "pero nadie confunde esto con ciencia".

En opinión del investigador holandés Cees Dekker "el método de la ciencia por si mismo no es cristiano ni es ateo. Ciencia y religión no están en conflicto. Y la ciencia en sí misma encaja muy bien con la visión cristiana del mundo".


Hay otro ateo en aquellas islas llamado Dawking que aprovechando la próxima visita del Papa, van a dar por saco lo que puedan en un alarde de tolerancia, democracia y respeto a la libertad de pensamiento y religión.



Así esta graciosa pareja, Hawking y Dawking o Dawking y Hawking, el ateo de toda la vida, y el ateo sobrevenido en las postrimerías de su muy triste existencia han cruzado sus caminos.

Lo que es cierto es que el movimiento ateo, que tiene mucho de tonto, está creciendo y envenenando a muchos jóvenes. No es un movimiento intelectual, que es lo que nos quieren vender. Es la kale-borroka del nuevo orden mundial que la masonería lucha por imponer a la fuerza. Seguiremos tratando de éste tema.

Pero ¿Quiénes son los ateos?, ¿Quiénes han sido ateos “ilustres” o conocidos en el mundo?. No me resisto a hacer una pequeña labor de investigación, y ponerle cara al ateísmo. Aquí van las fotos de un pequeño elenco de ateos famosos. No están todos los que son, pero son todos los que están.